La piña invertida: ¿Símbolo swinger?

Piña invertida símbolo swinger

¿Una piña volteada es alguna clave swinger?

La idea de la piña de cabeza como señal de búsqueda de sexo extramarital tiene su origen en un mito urbano posiblemente más ficticio que la leyenda de los los pilotos de la segunda guerra mundial. No hay fuentes confiables o confirmadas que hablen de ello. Buscar en Google: upside down pineapple arrojará dos clases de resultados: multitud de recetas de pastel volteado de piña (irónicamente, el postre que Mariana cocinaba con cualquier pretexto cuando éramos novios) y algunos artículos ajenos a la comunidad sw que hablan a manera de rumor morbosos del mensaje encubierto tras la piña puesta del revés.

La leyenda dice que los swingers, cuando van al supermercado, ponen la emblemática fruta volteada en el carrito y, de tal manera, se identifican los unos a los otros con lúbricos fines de ligue. El sentido común sabe que tal cosa suena un tanto absurda; primero porque cuando los liberales buscamos contactos, generalmente lo hacemos en páginas y aplicaciones diseñadas para tal fin. SDC resulta un método mucho más seguro, sencillo y eficiente que estar acechando a través del pasillo de productos cárnicos. Por otro lado, cuando la gente, swinger o no, va al súper, generalmente no lo hace ni portando sus más sensuales atavíos ni con la mejor de las actitudes. Así que la opción de cortejo parece, al menos, poco viable. No digo que nadie pueda seducir en la Cómer, sólo que me parece poco probable. También se cuenta que los swingers gringos y suburbanos indican que en sus casas hay orgiástica acción colocando el tropical e invertido tótem en la puerta y a la vista de los ingenuos vecinos. Otra hipótesis fácilmente descartable bajo la premisa: ¿y eso pa’ qué?

Me parece más lógica la explicación de que la fantasía humana no tiene límites y hay un placer escabroso en imaginar que, ocultos entre la multitud, personajes fabulosos se mueven con oscuros fines. Las historias que transcurren entre las grietas de la realidad tienen un especial poder cautivador. Dicen que los zapatos tenis colgados en los cables anuncian venta de drogas. Dicen que los ladrones ponen marcas cifradas sobre las bardas de las casas que pretenden robar. Dicen que la sonrisa de la Gioconda es muy enigmática y esconde verdades que Da Vinci conocía, pero nadie más. En fin, que la historia de nuestra bromelia delatora representa también uno de esos cuentos que de tanto y tanto repetirse, van ganando puntos de credibilidad.

Mitos de origen y realidades patentes

John Green cuenta una historia muy bella sobre un pueblo que no existía, pero que una compañía cartográfica registraba en sus mapas como una especie de seguro anti-plagio. Si otra compañía copiaba el mapa para publicarlo, también copiarían el pueblo inexistente. Esto hacía posible, de ser necesario, demostrar en los tribunales que la investigación geográfica había sido robada.

El pueblo ficticio apareció alguna vez en un mapa comercializado por la competencia. Naturalmente, la compañía demandó. Pero cuando jueces y jurados acudieron a constatar la evidente inexistencia de un pueblo, lo que descubrieron fue, precisamente, lo contrario: ahí había, en efecto, un pueblo con todas las de la ley. Y el pueblo tenía el nombre que los mapas afirmaban que debía tener.

Lo que había ocurrido es que, como el mapa decía que ese punto se llamaba de determinada forma, bastó que alguien construyera ahí una casa para que esa casa se ubicara en un sitio con un nombre. Una casa en un sitio con un nombre, no tardó en ser razón para que se construyera otra casa y así hasta que también ahí se emplazara un parque, un quiosco, una central de autobuses, una escuela y, tal y como ocurre en el juego del Turista Mundial, con el paso del tiempo el pueblo, otrora inexistente, se convirtió en una realidad. Así que cuando los cartógrafos de la segunda compañía investigaron la zona para trazar su mapa, registraron lo que vieron, un pueblo con un nombre.

Una piña al revés identifica a los swingers porque muchos swingers así lo piensan.

Algo similar sucedió con nuestro estandarte en cuestión. Bastó el rumor para que, alrededor del mundo, algunos swingers empezaran a construir sentidos a partir del signo. Después, todo lo demás fue inercia. Hoy, hay suficientes casos de iconografía sw basados en la piña como para legitimar su significado dentro del medio. Por ejemplo, un podcast de Nueva Orleans, The Enlighted Pineapple ostenta un bello logotipo que mezcla la piña de cabeza con un foco. Es posible, también, comprar, incluso en Amazon, playeras que claramente aluden al lifestyle y que usan la fruta para hacerlo. Pertenecemos a un colectivo tan nutrido, sólido y en buena medida, orgulloso, que tiene sentido la necesidad de desarrollar identificadores para la comunidad swinger.

En tales circunstancias, la piña cayó de bruces en terreno fértil. Hay quienes la ven como símbolo de calidez, de hospitalidad, de amistad o de generosidad, valores muy afianzados en la cultura sw. Podría entenderse también desde el contraste entre su textura exterior rígida y su interior dulce y jugoso. Es altiva y orgullosa pero, a la vez, festiva. Evoca buen clima, hedonismo y, en general, momentos felices entre viajes y cocteles. No hay duda, pues, de su carisma. Puesta de cabeza, hablaría quizá de ver las cosas desde otra perspectiva, de trastocar lo conocido. En fin, que para ser alegoría, es una bastante elocuente.

Una confesión atrevida

Y bueno, todo este preámbulo era sólo para platicarles que Mariana y yo lo hicimos. Sí. La semana pasada fuimos a nuestro estudio de tatuajes más cercano y, finalmente, nos aventuramos a tatuarnos sendas piñas giradas en homenaje a este estilo de vida nuestro que, por tantos, años nos ha hecho tan felices.

Playera con una piña volteada en un carrito de supermercado
La leyenda dice que todo se originó con una piña volteada en el carro del súper.
Piña volteada en la ropa como señal swinger
Usar el emblema de la piña de cabeza en un traje de baño podría iniciar una conversación con parejas del lifestyle.
Playera swinger, juega con los demás, piñas de cabeza.
El juego de palabras y las piñas al revés no dejan lugar a dudas con esta playera swinger.

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About the Author: Diego el de Mariana

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

1 Comment

  1. No es un mito, por dos ocasiones hice esto de poner una piña al revés en el carro de compras. La primera vez lo hice en quito, y SI, se me acerco una señora sola y luego una pareja. La segunda vez lo hice en machala, aquí nadie se me acerco, pero si me lanzaron miradas curiosas.

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