El barrio de los poetas y de las putas: Swingers en Twitter (X)

Entre sombrerazos, extremos y discordancias, Twitter (X) se convirtió en uno de los puntos de reunión más importantes para la comunidad swinger. ¿Por qué será que nos sentimos tan cómodos en una red social tan poco social?

Swingers en Twitter: El barrio de los poetas y las putas

De marginalidades virtuales y contracultura digital

Puedes escuchar la versión sonora de este artículo sobre swingers en redes sociales en Spotify o en tu plataforma de podcast favorita.

Twitter es uno de los espacios más violentos en la red. El nivel de virulencia y polarización que alcanza el supuesto debate, algunas veces da asco y otras, francamente, miedo. Es un mundo en el que se justifican impunemente actos atroces como emular violaciones o pisotear derechos humanos y en el que algunos se desgastan explicando inútilmente a la turba enardecida las razones por las que está mal aquello que está mal. Hace tiempo, también hablando del mundo swinger  de Twitter, dije que la otrora red del pájaro azul era como una calle en la que los usuarios repartimos volantes para llevar tránsito a nuestro molino, lo que omití decir fue que se trata de la calle de un barrio bajo en la que las prostitutas exhiben impúdicas las tetas y los borrachos vomitan su crueldad contra cualquiera disienta en pensamiento, palabra, obra u omisión. Twitter es un vecindario marginal, la zona de tolerancia, la antípoda incómoda al manicurado universo de Meta y su idílico Instagram de imagen impoluta.

A nosotros, humildes opinadores de la sexualidad alternativa, nos han expulsado de YouTube y de Instagram sin posibilidad de apelación y nos han amonestado infinidad de veces en Tiktok, aún sin haber violado ninguna de las políticas de uso. Fuimos señalados por los vecinos correctos y punto. Hablar sobre coger consensuadamente con otros adultos es un tema indeseable en las zonas bien. Otros, más aventurados y probablemente ingeniosos, se las han arreglado para burlar a la sociedad de colonos de esas redes con eufemismos tan ridículos como necesarios (al menos si se pretende seguir ahí). Porque lo correcto no es amigo de lo divergente y en una sociedad en donde cada vez más la diversidad combina bien con las bardas de las colonias residenciales, la tolerancia sigue teniendo límites claros. Y así como en los noventa, los rancios se las daban de abiertos diciendo: “Yo no tengo problema con los gays, siempre que no se metan conmigo”, las buenas costumbres hoy, dicen: qué padre que vivan su sexualidad con libertad, nada más que porfa saquen su no monogamia de nuestras comunidades virtuales, no vaya a ser que alguien crea que eso está bien.

Hace muchos años, cuando el mundo todavía no imaginaba lo poderosas que serían las redes sociales, empezamos a escribir Jardín de adultos, un blog que daba cuenta de nuestras correrías por el mundo swinger. Como muy poco se hablaba sobre swinging, adquirimos algo de peso dentro del nicho y nuestros decires se volvieron relevantes. Desde entonces, nos sentimos un poco comprometidos y otro poco presionados por mantenernos vigentes; convirtiéndose nuestra terapia creativa en una carrera contra nosotros mismos. Con nuevos lenguajes llegaron nuevas voces y nuestra influencia se diluyó al tiempo que la comunidad liberal ganaba perspectivas y, lo más importante, voceros. Tuiteros se hicieron verdaderos fenómenos mediáticos. El abaratamiento de la banda ancha y de los datos móviles ayudaron a que los podcasts del ambiente cobraran su merecida importancia. Y, recientemente, entre challenges y nanocoreografías, una generación de tiktokers conquistó en video a los libertinos más jóvenes. La cultura de los swingers está representada en casi todos los rincones de la internet y lo hace tomando las formas más variadas.

Sin embargo, aunque cada quien tenga una casa medianamente limpia en otra colonia, Twitter (ahora X) sigue siendo esa calle apestosa por la que muchos swingers circulamos entre ropa tendida, bandidos del multinivel y onanistas vagabundos. Lo curioso es que las dinámicas burdas que este entorno privilegia, poco tienen que ver con lo que pasa en el ambiente swinger “real”. La comunidad gravita hacia la X porque ahí se puede hablar con más libertad, aunque sus mecanismos sean tan contrastantemente inciviles en relación a lo urbano del mundo swinger fuera de línea. 

Swingers hay de muchos tipos, pero en general, hablamos de un grupo de gente pensante, al menos lo suficiente como para haber cuestionado los lineamientos establecidos por la sociedad monógama y haber actuado en consecuencia. Somos un colectivo que prioriza la seguridad y que, en general, busca entornos armónicos. Somos lúbricos, pero corteses; pero en esta isla Tortuga puede  decirse “coger en grupo” sin que a nadie le salga urticaria y nos mande al vigilante a que bajemos el volumen de la fiesta. El costo de la voz en cuello es tener que lidiar con los improperios con los que se desgañitan los demás habitantes.

Por supuesto, los swingers con actividad swinger y estilo de vida swinger, los swingers swingers no necesariamente tienen presencia en X o están al pendiente de lo que pasa por ahí. La vida sw ocurre en clubes, en fiestas, en redes especializadas, en hoteles y moteles o en las casas de grupos de amigos que se encuentran para vivir su swinguismo sin intervención de magnates punto com. En cambio, lo que ve el mundo sobre nosotros, en tanto comunidad, sí es lo que aparece en los millares de tuits que publicamos. Lo que se ve de nosotros es esa argamasa algunas veces hermosa y otras grotesca de declaraciones, consejos, fotos íntimas, promoción de contenido, publicidad, dinámicas, chismes, chistes y chichis que dejamos correr a placer y sin límite alguno.

Entonces, los swingers que sí paseamos por esa calle, aquellos que decidimos ser, de alguna manera, voces del ambiente,  ¿no deberíamos empezar a cuestionarnos cuál es nuestra responsabilidad como escaparates del gremio? ¿Qué esperamos que el resto del mundo piense sobre nuestro estilo de vida y qué es lo que proyectamos desde los foros más visibles? Es fácil caer en los vicios de una plataforma que acicatea la hostilidad, el diálogo simplista y el escándalo a cambio de mayor foco, y muchas veces lo hacemos consciente o inconscientemente, pero si nos hemos decidido por mostrar nuestras prácticas en el espacio de lo no swinger, vale la pena reflexionar constantemente sobre la forma en la que nuestra conducta en el espacio público beneficia o daña la percepción que de nuestra comunidad se construye en el mundo exterior. 

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About the Author: Diego el de Mariana

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

7 Comments

  1. Una extraordinaria reflexión, que nos recuerda que el Swinger puede ser un nivel más evolucionado de vivir y relacionarnos. Gracias, Diego y Mariana.

    1. Mariana y Diego, nunca antes nos hemos tomado el trabajo de detenernos un momento para agradecer a las personas como ustedes que se han dedicado a contar sus experiencias y facilitar el camino a todos los que venimos detrás de ustedes. Gente de buen corazón como ustedes y los “whispers” son lo que necesita éste mundo sin importar sus creencias o las libertades sexuales que se toman. Ustedes se han preocupado por abrir paso a las parejas de swingers nuevas para que no sean estafados por todos aquellos que se aprovechan de su falta de conocimiento del ambiente.
      Gracias de nuevo por todo lo que comparten y el tiempo que le dedican a ésta dura labor.

  2. Como una aventurera que ha cruzado muchas veces las fronteras entre swinger, BDSM, fetichismo y Femdom, puedo decir que a veces lo que se dice puede ser mucho mas urticante que “lo que se sabe se hace”. Porque decirlo implica que lo que se hace se lo hace sin culpas. Es ponerlo a la luz. Es habilitarlo a que sea discutido, razonado y por lo tanto, sue xistencia ya no puede ser negada
    Saludos desde Argentina, Buenos Aires, donde quien les habla fue habitué de las discotecas swinger de Buenos Aires cuando, sin saberlo, vivimos una epoca dorada, que duró poco.

    Mistress Roxy
    Sado Sensual y Femenino

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