¿En dónde se guarda el erotismo?

Reflexiones sobre sexualidad

Tom Poulton, boceto de  una orgia
Tom Poulton

Estábamos viendo un espectáculo sadomasoquista. Un hombre colgaba de un columpio mientras una mujer lo latiguea. Verdaderamente aburrido. Los ejecutantes, no eran actores ni acróbatas ni, de ninguna manera, profesionales de la escena. Eran un grupo de gente interesada en hacer saber a otros, a los que no son parte del mundo BDSM, que su forma de vivir la sensualidad es excitante. No lo lograron.

     Me preguntaba entonces, si yo sería capaz de demostrar, por medio de una exhibición lo que me parece tan sublime del sexo en grupo. Seguramente no. Me imagino la escena: Un elipsoidal me apunta desde la parrilla. Estoy desnudo sobre un escenario en caja negra y frente a mí, una cama presenta a una mujer que no conozco. Música lounge en el fondo. La iluminación resalta sus formas, y desde donde yo estoy, también se dibujan bien los pequeños vellos erizados que cubren su piel. Desde la tercera fila, alguien le dice en secreto a su novia: “¿Es idea mía o ese tipo tiene las nalgas más escurridas que la pared de nuestro baño?” La novia lo quiere disimular, pero no puede. Suelta una carcajada. Aparecen entre cajas el resto de los actores y actrices que iban a entrar a escena, todos envueltos en toallas y con cara de: “¿De qué se ríe esa vieja?”

      Caos y desilusión.Trágico fin de un experimento fracasado.

   Mariana y yo hemos pasado tanto tiempo compartiendo con otros nuestra sexualidad que frecuentemente nos preguntamos cómo lo harán los que nos son swingers. Por otro lado, me parece imposible explicar a mis amigos verticales por qué encuentro tan cómodo ver la lengua de Mariana dentro de la garganta de otro hombre, incluso excitante.  Por supuesto, al igual que los que gustan de golpearse, o de amarrarse, o de embarrarse de aceite de auto, a mí también me parecería más fácil, si pudiera simplemente mostrarlo, disectar una de nuestras sesiones y e ilustrar a los demás. “¿Lo ven? Aquí está. En esta práctica sexual que ustedes encuentran tan peculiar hay tal o cual porcentaje de sensualidad. Algunos de ustedes podrían considerar esta orgía desagradable,  pero miren con cuidado. Desde acá es muy evidente. Precisamente aquí podemos notarla con claridad. Hay una dosis considerable tal de erotismo. Mírala. Está escondida entre una nalga y la otra, justo aquí atrás de Mariana en cuatro puntos, al lado de esa miradita lasciva que me echa una desconocida desde el otro extremo del playroom.  ¿Pueden ver el erotismo? ¿Es muy claro, no? Por supuesto que lo ven, ahora. Está ahí” Pero es muy triste. No está ahí.

     El erotismo es una criatura esquiva. Sabemos que existe. Lo sentimos por todos lados cuando ocurre, y casi todos los seres humanos lo hallamos en prácticas recurrentes. Unos saben que es fácil toparse con el en las tardes de televisión de un matrimonio de quince años. Otros, lo buscan en prostitutas, otros en las ceremonias… y generalmente está ahí esperándolos. Pero es tramposo por que todas las personas tienen que cazarlo en lugares diferentes, y aún después de mucha experiencia. Aún cuando uno se conoce lo suficientemente bien como para saber lo que funciona y lo que no funciona, el erotismo no da garantía de nada. Se nos esconde y luego vuelve a aparecer dónde no lo hubiéramos esperado nunca.

     Lo más irónico del caso es que todo esto es casi obvio. La mayor parte de los adultos hemos pasado por crisis de hastío, hemos tenido también momentos de éxtasis y casi todos hemos aprendido que, en esto de excitarse, no hay ningún tipo de receta. Y sin embargo, es tan común que los unos quieran imponer a los otros sus maneras de encontrar el erotismo, y que los otros se rían de los métodos que tienen los unos para ser felices.

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About the Author: Diego V

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

0 Comments

  1. Pues creo que como todo. El erotismo es tan diverso que hasta lo que creemos que nos excita y divierte a veces nos decepciona, he estado con parejas siendo corneador y me aburro, no encuentro el chiste al juego mientras con las la chispa es increíble.
    Saludos

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