“Si los personajes fueran swingers…”

“Si en el cine, los personajes fueran swingers, se acababa la película en ese momento” me dice C mientras nuestras chicas bailaban con otras chicas. El epítome de la camaradería, pienso yo. Cuatro mujeres bailan juntas, se manosean, juegan y atraen a otros parroquianos del club; mientras tanto, C y yo compartimos un trago y teorizamos sobre la liberalidad. Me encanta.  La frase se ha quedado conmigo porque tiene muchísimo que ver con la manera en la que ahora me realiciono con el mundo. ¿Para qué problematizar? El conflicto le viene de maravilla a los personajes de ficción, pero a nosotros los mortales ¿para qué? Mariana y Ch (la mujer de C) vienen hacia nosotros. Ch me baila y me deja jugar con las sublimes formas que apenas cubre un diminuto vestido blanco. Hacía ya un rato que no veía un cuerpo tan hermoso. Mariana juega un poco con C y después de un rato las dos mujeres se van a dejarse tocar por otras tantas gentes.  Él y yo seguimos platicando.
Después de noches como la del sábado me vuelvo a preguntar: ¿Cómo hace la gente? Se trata de un sábado normal en el que salimos a bailar. Elegimos un club en especial. Uno de esos clubs donde la gente como nosotros se autosegrega y por lo tanto se gana el derecho de vivir como el resto de la gente suele quererlo. Me gusta el porno, me queda claro que a todos mis amigos, a los que tengo fuera del ambiente swinger, también les gusta, y que todos fantaseamos con lo mismo. Ellos, la mayor parte de ellos, no saben que cuando Mariana y yo nos decidimos a dejar una reunión convencional nos vestimos y nos alborotamos y nos vamos a vivir las historias con las que todos mis amigos, entusiastas como yo del porno, sueñan. Mariana lleva un vestido negro con cierres, tiene cierres por todos lados. Cierres que se pueden abrir a voluntad del usuario. La pieza la compramos en Cap, y sólo se puede usar en noches como la del sábado.
C y yo nos decidimos a dejar la charla, nos levantamos a reuinirnos con las mujeres. Se han acercado más, y es difícil decidir dónde poner las manos. Ch es una rubia espectacular, y en medio de la fiesta estoy bailando con una morena alta e increible. Miro de reojo a Mariana, abraza a un hombre y lo deja acariciar los cierres del vestido. La beso. 
En el mundo de la gente normal, de los matriomonios convencionales ¿cómo hace la gente para morirse de ganas de besar a alguien distinto a su pareja, y a la vez sentir unos celos mortales cada vez que la pareja le echa un ojo al prójimo?  ¿Cómo le hacen los demás para no desear a la mujer del prójimo? En algún momento, decido alejarme del bullicio, guardar distancia, mirar lo que ocurre. Dos hombres se sientan de espaldas. Dos mujeres rozan contra ellos sus cuerpos, los tocan y de vez en cuando se encuentran entre ellas, entonces se besan. Ch, se vuelve a acercar a mi. Jugamos un poco con las manos, me las lleva por abajo de su vestido y me dice que no ha tenido tiempo de ponerse ni una tanga. Le digo que es mala y le doy una palmada sobre un trasero perfecto. Me pone un pezón detro de la boca al momento que Mariana se acerca a nosotros. La besa, se besan. Ch me toma por la cara y me lleva a unirme a la convención de lenguas. Es la tercera vez la noche que participo en un beso triple. Me pregunto si el número será cavalístico. Sin haber entrado al playroom, he acaraciado, besado, tocado y me ha hecho lo mismo. Bailar, bailar, bailar. Todo es un pretexto para el verdadero fin de la noche. Ser feliz y dejar que los demás lo sean. Todo es un camino para encontrarme al final de la noche en el mismo lugar dónde siempre me ha gustado vivir, en medio de las piernas de Mariana y cobijado por sus gritos de placer. 
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About the Author: Diego V

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

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