Buenos días

Arrastrados por la diaria vida en pareja, de vez en cuando Mariana y yo perdemos el rumbo de nuestra propia piel y olvidamos las cosas importantes. Así llevamos un tiempo itinerando de un encuentro sexual a otro y de una noche a otra que no deja de ser tan sólo un recordatorio de que ahí hay un puerto hecho de carne al cual deberemos regresar en medio de una de nuestras travesías por la vida de los adultos civilizados. A mí no me gusta ser un adulto, y me frustro y me peleo, y como Penélope de pene en guardia espero a que Mariana decida dejar de ser responsable y venga a la cama a jugar conmigo. Hoy en la mañana ocurrió el milagro.
Si alguien me preguntara por qué la furtiva aventura que inauguró mi día es distinta a las manzanas que, dos veces por semana, hemos estado comiendo, no sabría como decirlo, pero así fue. Hoy Mariana vino a dormir en mi deseo y eso me trajo sonriente todo el día. Avanzó desnuda a la regadera con un dejo de la pereza que se acumula por toda la casa durante la noche. La vi, y se me antojó. Eso tampoco es extraordinario, vivo para que esa mujer se me cuele por los ojos y me encienda. No quise entrar a la regadera con ella. La intercepté en el camino y ahí fue donde supe que la tenía toda para mí. Besos. Mis manos la asieron por las caderas. Se entraron en ellas sin pudor alguno y para entonces ella ya respiraba acelerada cerca de mi oreja. Besos. Yo estaba a punto de salir a trabajar cuando todo esto ocurrió, y por eso estaba completamente vestido con una mujer desnuda entre los brazos. Decidió abrirme el cierre del pantalón y mi desesperación la ayudó a sacármelo. Me lo acarició. Besos. Entrelas sensaciones que me llevaría a una isla desierta es la de tocarle el pubis. Rodear la vulva completa con una mano y disfrutar la tersura que la envuelve. Me va la vida entera en que mi dedo medio se aventure entre sus dos labios y así sucedió. Y yo elevaba en deseo. Besos. Ella se agacha para ponérselo cerca de la boca. Me masturba y me enseña la lengua, su lengua se ensaña.
Mariana está en todos mis dedos, en mis palmas, sus senos me fuerzan a quitarme la camisa para sentirlos más cerca. Los lamo y los acaricio y mi boca no sabe en qué lugar de su piel es más feliz. Entre besos se las ingenia para ponerme una teta cerca y que yo pueda tocar con las yemas la flama de pelo que hay podada cerca de su sexo. Me jala con fuerza.
Esta mañana Mariana entró a la regadera bañada con mi semen. Yo sé que esta semana estará ocupada. De cualquier manera soy feliz.
Imagen: ? Via: Sicalipsis

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About the Author: Diego V

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

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