Dice Laurent Benaim que sus modelos llegan a él porque son personas reales que quieren jugar sobre el escenario con su sexualidad. Lo cotidiano se hace sublime. ¿Será precisamente lo sórdido de las prácticas sexuales que retrata aquello que hace su trabajo tan vibrante? ¿O será porque las soluciones artísticas que encuentra son tan fuertes como inovadoras?