Clubes swinger y servicio al cliente

Reflexiones para dueños de bares swinger

Clubs swinger
Fotografía: Noboyoshi Araki

Los clientes de bares swinger no somos, al menos no la mayoría, clientes de tables y similares. Puedo entender por qué los civiles lo piensan así. Después de todo, pagamos por sexo. ¿Cierto? Falso. No pagamos por sexo, pagamos (cuando así lo hacemos) por divertirnos con nuestra pareja y con nuestros amigos en un sitio donde podemos conocer a más personas que entienden por diversión más o menos lo mismo que nosotros. Los civiles también lo hacen, sin embargo, es comprensible que si alguno de ellos imaginara un local de intercambio de parejas, pensara en algo parecido a un strip club.

     Lo que no puedo entender es ¿por qué tantos dueños de clubs sw, en su mayoría, swingers ellos mismos que “cansados de no encontrar el tipo de club que buscaban, decidieron abrir el propio”, creen que se puede tratar igual a los swingers que a los clientes del table? Más de una vez, hemos dicho en Jardín de Adultos, que es muy importante que la gente gane dinero. Es más, yo creo que quien pone un negocio corre muchos riesgos, trabaja mucho y merece lucrar considerablemente. Incluso, soy el principal defensor de la idea de que si un club no resulta un excelente incentivo para sus inversionistas, está condenado a desaparecer, y por lo tanto, los complacidos usuarios deberíamos, a ultranza, defender la posibilidad de “lucrar con el medio”, como algunos condenan por ahí. Pero bueno, hay formas y formas.
     Un club swinger no tendría por qué ser una cueva de mafiosos, sino un lugar donde la gente salga feliz de la vida. En pocos espacios es tan importante la satisfacción del cliente y la relación costo-beneficio, ya que, y suena horrible decirlo, la verdadera mercancía de estos establecimientos somos, precisamente, sus clientes. Obviamente, a nadie le gusta ser considerado mercancía, pero a todos los que nos gusta pasar la noche en estos sitios, lo que buscamos es encontrarnos gente y mientras más gente nueva, mejor. No conozco a nadie del medio que diga: “A nosotros nos encanta ir los sábados a tal y tal porque siempre está vacío y tenemos el lugar entero para nosotros solos”. Para eso, la gente podría quedarse a follar en su casa ¿no? Y aunque algunos comentan sobre el playroom, la música o lo limpio del lugar, al final del día todos vamos buscando a otras parejas. Es decir, esas parejas son el principal activo del sitio.
     ¿Por qué, entonces, en lugar de cultivar a esos clientes/activos como a florecitas en germinado, que en corto plazo atraerán a más parejas que traerán a más parejas que… hay tantos propietarios que insisten en la mexicana política de hincarle el diente al primer cliente que pase y lo más profundamente posible? No lo puedo comprender. No entiendo, por qué es tan común la práctica del consumo mínimo, de ensartar obligatoriamente la propina en la cuenta, o de que el señorcito de seguridad pida, a la salida, para los refrescos de los muchachos. Concedido, no todos los clubes son así, ni todos utilizan todas estas prácticas. Lo que pasa es que empieza a molestarme lo constante que es sentir que tengo que ponerme en guardia cada vez que voy a un sitio a encuerarme (¿notan la sutil ironía?)
     Empieza a molestarme también, la estética de putero. Son tantos los clubes que confunden lo sensual con lo sórdido. Los bares de desnudistas, están diseñados, por obvias razones, para señores, en su mayoría con un cuestionable sentido del gusto. Por supuesto que en esos casos la decoración de man cave atrapada en los ochenta es adecuada. Pero el mundo swinger es, o debería ser un mundo femenino, un espacio donde las mujeres se sientan cómodas, en control, y por lo tanto, libres de explorar nuevos límites de su sexualidad. Nosotros, los hombres, agradecemos cuando así lo hacen. ¿No valdría la pena, entonces, apelar a un diseño más refinado, a un mayor cuidado en los detalles, a una decoración más confortable? Me parece que, en general los swingers mexicanos somos una tribu difícil y contradictoria. Es raro que tomemos la iniciativa, y más raro aún, que por propio impulso, hagamos que las cosas sucedan. Encima, la mayoría de los clubs, no ayudan mucho.
     Otra costumbre odiosa, de la que pocos dueños se escapan: un club SW no es su fiesta, no es la reunión a la que invitaron a sus cuates a festejar y por lo tanto, su parque de juegos privado. Es su lugar de trabajo, su negocio, uno tan celoso y demandante como cualquier ferretería, puesto de hamburguesas o planta de armado de automóviles. Quien está al frente tiene un compromiso con sus clientes y no los puede ignorar a cambio de agarrar la jarra o de perderse en el playroom. Es lamentable para ellos, sí, pero quien elige trabajar donde otros se divierten sabe que así es. Cada visitante es importante, no sólo sus amigos. El alcohol es para los comensales, no para ellos. Las parejas que vienen, vienen a jugar con otras parejas, no con ellos. Para enfiestarse, socializar entre cuates, emborracharse o swinguear, está su casa, las casa de sus amigos, e incluso otros clubs de swingers,  (a los que, por cierto, la mayor parte de los dueños nunca va, por considerarlos su mortal competencia), pero no su chamba.
     Por eso, este artículo, es para convocar a los propietarios o a los futuros propietarios a pensar más a largo plazo y a cuestionarse sus propios objetivos de negocio. No debe ser un negocio fácil, por eso, quien se lanza en esa aventura y lo hace bien, debería ser enormemente gratificado. No es casualidad que sean tan pocos los espacios en México a los que nosotros les damos el voto de confianza.

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About the Author: Diego V

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

6 Comments

  1. Completamente de acuerdo.

    Conozco pocos locales, y a corto plazo no creo que vaya a conocer más, pero es cierto lo que dices. Y me refiero a la estética, porque respecto al punto económico no me parece que esté mal aquí en España.
    Pagas por un entorno, y por unas consumiciones que, siendo sincera en otro lugar me saldrían más o menos.
    Pagas por la diversión de comportarte sin censuras.
    Pero la estética, el ambiente… no conozco muchos, quizá cuatro, pero encontrar unos dueños agradables, divertidos pero que saben estar en su lugar… hace mucho.
    (Mi experiencia sw ha sido breve).

    Sí que he oído que los dueños suelen ser antiguos clientes de otros locales, como bien explicas.

    Besos, para ambos.

  2. Buenísimo, mi buen.

    La visión cortoplacista impera. En cuanto a la estética, que tan penosa resulta demasiado seguido, yo sinceramente no entiendo de dónde viene. En muchos lugares ni siquiera se ve nada (aparte de los cuartos oscuros propiamente dichos, claro). 🙁

    Pero ya pronto voy a poner yo uno y además en lugar de botanas daré tapas de sashimi de barrilete de diente. ¿Se apuntan? 😀

    Besos 🙂

  3. conozco pocos lugares pero e sverdad lo que dicen en los clubes te ven con signo de pesos y en cuanto se dan cuenta que los frecuentas (mas de 3 veces) te hincan el diente cañon!!! botella de conac o alguna otra bebida carisisisima solo para tener mesa de pista fui a uno que me recomendaron SQ EVA y la verdad el dichoso wolverine un higadito siente que son sus xv años y te pide un dinero extra por interactuar con las modelos o stripers (prostitucion) entonces donde esta lo sw ?????

  4. Absolutamente… un tema que desde que mi esposa y yo experimentamos el mundo SW nos dimos cuenta. Cuando los conocimimos en Pistache a ti y a Mariana, precisamente dijimos que gente que quiza le guste la estridencia visiten esos lugares, pero que quiza otros con otros gustos (comp nosotros), deseariamos algo “un poco diferente” incluyendo la forma y modelo de negocio. Estoy pensando de forma mas concreta asesora a algun inversionsita… esto dene de cambiar a mejor y crear espacios con otros gustos.

    Saludos

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