Si tuviera que elegir mi parte favorita del cuerpo, supongo que diría que es la piel. Me fascina su tersura y el espectáculo de esta reaccionando a la luz. Supongo que por eso, en mi lista de pintores favoritos, ocupa un lugar cariñoso
Bougerau, a quien además encuentro como un rebelde en su oficialismo. Es el final del siglo XIX, y los artistas empiezan a dejar atrás el figurativismo. La representación de la realidad ha llegado, según ellos, a sus últimas consecuencias. Este pintor francés no muta, apuesta por llevar el realismo todavía un paso más adelante y es capaz de retratar, no solo la perfección de la belleza femenina sino, creo yo, también el efecto orgánico que produce en el espectador.
Si tuviera que elegir mi parte favorita del cuerpo, supongo que diría que es la piel. Me fascina su tersura y el espectáculo de esta reaccionando a la luz. Supongo que por eso, en mi lista de pintores favoritos, ocupa un lugar cariñoso Bougerau, a quien además encuentro como un rebelde en su oficialismo. Es el final del siglo XIX, y los artistas empiezan a dejar atrás el figurativismo. La representación de la realidad ha llegado, según ellos, a sus últimas consecuencias. Este pintor francés no muta, apuesta por llevar el realismo todavía un paso más adelante y es capaz de retratar, no solo la perfección de la belleza femenina sino, creo yo, también el efecto orgánico que produce en el espectador.
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