Aburrimiento swinger: también el deseo cansa

 ¿Si un matrimonio monógamo puede hastiarse de la misma cama, un matrimonio swinger puede aburrirse de estar en todas las camas? ¿Qué pasa cuando parece que ya todo está hecho?

Aburrimiento swinger. Reflexiones sobre el hastío en el mundo liberal

Puedes escuchar la versión sonora de este artículo sobre: Aburrirse del mundo swinger  en Spotify o en tu plataforma de pódcast favorita.

 ¿Es posible aburrirse del estilo de vida swinger? Reflexiones sobre el hastío.

¿Alguien te ha dicho que después de una noche en un club swinger, una pareja regresa, sobreestimulada por la travesura erótica, y follan en casa con más fuerza que nunca? Pues es verdad. Así es, al menos para quienes swinguear es la puerta trasera de su vida cotidiana. Es una situación común: Los suegros, las colegiaturas y la danza estática de estar atorados en el tráfico nada tienen de sexy. Pero cuando hay oportunidad de dejar resuelta la logística doméstica y escapar juntos hacia recovecos de moral vedados para los demás, el placer encuentra su camino de vuelta a casa.

A nosotros eso nos sucedió la semana pasada.

Antes de eso… hacía mucho que no. Hacía más de una pandemia.

Pequeño paréntesis para hablar de Pose, de Púrpura

Púrpura y Libido, dos de nuestras empresas favoritas del ambiente, recibieron a Sex Whispers en Pose, su nuevo local swinger, para festejar los cumpleaños de las voces masculinas del pódcast. Para nosotros, era una oportunidad muy adecuada para llevar a la abogada a conocer nuestros bajos mundos.

La opción de virgilizar a un alma nueva nos emocionaba. De alguna manera, nos obligaba a cambiar la óptica y enfocarnos un poco más en lo que pudiera asombrar a ojos novicios. Mirar lo que siempre vemos, pero con la mirada del que aún no lo sabe. No es que anduviéramos de domadores de unicornios (los lectores ya sabrán que no es nuestro estilo). Sin embargo, la abogada era un ingrediente nuevo en un platillo que hemos consumido muchas veces. Había, por lo tanto, razones suficientes para salir de nuestro letargo, elegir pijamas dignas (de eso se trataba el dress code) y conducirnos hasta el norte de la ciudad.

Pose llevará abierto algunos meses. Tiene el servicio impecable de antes, pero en un espacio con más personalidad de bar y que permite una fiesta más integrada.  Pienso que la herencia de Púrpura en esta nueva casa, le ayudará a generar pronto un alma propia.

Se entra al club por la pequeña puerta al centro de la clásica cortina de metal con la que los negocios cierran por las noches. Después, hay una antesala que no termina de ser nada pero, al menos, no es esperar en la calle la autorización de acceso. Abraham,  Elsy, o ambos son el paso previo a una escalera que conduce al salón. Siempre me da gusto verlos. Es difícil no reconocer el esfuerzo que han hecho durante años por ofrecer espacios divertidos para la comunidad. Arriba, Manolo, el gerente de servicios más eficiente de todo el medio swinger, me abraza y me pregunta si queremos lo de siempre. Sí queremos. Victoria y gin tonic. Se da cuenta de que venimos con la abogada y le toma la orden. Gin tonic también.

Sucede que me canso de ser swinger

Hemos dormido con el medio sw durante más de dos décadas. Nos pasa con él lo que le pasa a todos los que duermen con el mismo ser durante tanto tiempo. Lo amamos, sí. Amamos su compañía. Confiamos en él. Lo reconocemos como parte esencial de nuestra vida.  Si extendemos la metáfora, tal vez demasiado, hasta podemos decir que es el padre de muchos de nuestros hijos. En fin, no podemos y no queremos imaginar la vida sin él.

Pero le conocemos los ronquidos, los pedos, y la halitosis matutina. Lo hemos visto desagradablemente enfermo. Lo hemos soportado puerilmente emberrinchado, absurdamente violento, tristemente primigenio. Sabemos de lo que es capaz para bien, y para mal. Nos ha roto el corazón más de una vez y nos hemos reconciliado aun sabiendo que, por nosotros, no va a cambiar. Lo amamos, sí, pero es honesto decir que a veces quisiéramos que se fuera a vivir una temporadita al campo para ver si así regresa con las ideas más claras y un poco más enamorado de nosotros.

¿Y el sexo? El sexo no es lo mismo que era antes.

Otro paréntesis. Hablemos de Libido

En el salón principal está Steven moviéndose de un lugar a otro, asegurándose que la gente esté contenta. Él ha sido un constante compañero de viaje a lo largo de una buena parte de nuestro recorrido por este ambiente. Fue, el primer empresario del swing en darle foco a Jardín de adultos, y gracias a él, muchas puertas se nos han abierto.

No hay duda que nuestras opiniones sobre su trabajo siempre están sesgadas, porque no tiene remedio. Es un gran tipo y siempre hemos disfrutado mucho de lo que hace. Sobre todo, porque lo hace desde una óptica muy similar a la nuestra. Le gusta hacer el bien, y que las cosas salgan bien. Nadie puede pensar en el swinging mexicano sin pensar en Libido.

Nos enseña el cartel de la próxima semana. Aquí estaremos para charlar con parejas nuevas sobre nuestra vida en el ambiente*. Nos alegramos, afinamos un poco los detalles y, quedamos mejor de vernos en la semana para hablar sin tanta música de fondo.

*N.del D. Para cuando finalmente salga este post, esa plática ya habrá ocurrido y, entonces, tendremos otro tema del cual hablar.

No se puede vivir en el hastío

En los últimos meses, quizá años, Mariana y yo nos hemos construido una reputación algo enfadosa. Los habituales saben que llegamos tarde y nos vamos temprano de todas las fiestas. No me culpen, nos cansamos fácilmente. Solía decir que los clubes eran un mal necesario porque la escena del decibel alto y el lumen precario no se acomodan muy bien con nuestra forma de socializar. Sin embargo, en la Ciudad de México, que tiene alma juerguista, el club es la parroquia a la que acudimos los fieles a falta de una alternativa menos antrera.

Seguimos yendo a clubes por el placer de ver caras conocidas, pero sin escuchar nuestro propio consejo de hacer el máximo esfuerzo por extraer de cada noche una odisea. Cada vez encuentro menos necesario desvelarse, aturdirse, fingir que entiendo lo que me dicen personas que se afanan por hacerse escuchar por encima de un reguetonero al que tampoco entiendo. Pero igual seguimos saliendo los fines de semana, eligiendo ropa para matar, y acicalándonos para ir en busca de un arca que perdimos hace tiempo en cierto playroom bochornoso.

Y regresamos a casa. Y no, no follamos con más fuerza que nunca. Y no hay imágenes exuberantes que podamos evocar en nuestros momentos más febriles. Hay alguna anécdota graciosa, un detalle lindo de la noche, un masajeo de ego. Pero sobre todo hay sueño. Hay cansancio. Hay pensar que mañana me dolerá la cabeza y ni siquiera he bebido suficiente.

La noche en que se nos quitó el sopor

¿Y qué pasó? Nada. La magia que ocurre cuando no te la esperas. Intrigados porque aún seguíamos en Pose pasadas las dos de la mañana. Algunos amigos se acercaron a la mesa. Y una cosa llevó a la otra, y un chisme a un chiste. Y Mariana se dejó querer entre los brazos de un hombre que le gusta. Y se reía. Y se reía muchísimo y a mí la risa que sale de sus ojos cuando el deseo la guía, me despierta un instinto adolescente.

La reconocí en su lengua sagaz, en sus labios hirientes, en sus caricias mordaces. Mi lujuria voyerista recogió las boronas que otrora dejó al alejarse y llamó a la puerta. Qué linda es cuando es sensible. Qué linda si es insensata.

La abogada externó su deseo por marcharse. No íbamos a dejarla ir sola, así que partimos en el mismo minúsculo tropel en el que llegamos.  Mariana se quedó con ganas de un poco más. A mí, me costaba trabajo reconocerla en ese estado tan próximo al pasado. La vi más bella que de costumbre.

Y llegamos a casa, y el atuendo sensual que había elegido para la fiesta, no pareció una pijama de esas que aconsejan dormir. Y me gustó cómo se veía aún encendida por la travesura de la noche. Y saltamos en la cama. Y follamos en nuestra casa con más fuerza que nunca.

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About the Author: Diego el de Mariana

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

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