Entendiendo otros modelos de relaciones
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No todo en la vida es swinging
Mariana y yo somos swingers. Para los lectores habituales de esta columna, eso no es ninguna novedad, pero estoy suponiendo que este párrafo también es leído por algún internauta nuevo. Por eso la aclaración. Entre las preguntas que más respondemos en las entrevistas en las que hablamos de estilo de vida swinger, es la de si tal o cual práctica se consideran dentro del swinging. Es cierto que las definiciones son vagas y, frecuentemente, engañosas. También es cierto que tampoco habría por qué ajustar todo comportamiento humano a categorías específicas y que los clubes autodenominados “swinger” frecuentemente reúnen también a muchos tipos de personas que más bien se encuentran en el espectro de las no monogamias éticas o consensuadas sin ser necesariamente swingers.
También vale la pena recordar que una persona es muchas cosas a la vez, y que hay quienes disfrutan diferentes tipos de modelos relacionales a lo largo de su vida o simultáneamente. Es decir, una cosa no quita la otra. Sin embargo el gran abanico que comprende a las no monogamias éticas o no monogamias consensuadas hace que sea necesario puntualizar que el swinging es sólo un modelo de relación o una práctica dentro de un universo mucho más amplio.
El swinging se refiere a parejas emocionalmente monógamas que comparten su intimidad sexual con otras personas, principalmente, con otras parejas. Por eso, creo que, tal vez, valga la pena comenzar a preguntarse si utilizar con tanta laxitud el término swinger no nos estaría comenzando a quedar un poco corto.
La no monogamia consensuada o no monogamia ética (NMC o NME)
No monogamia consensuada (o consensual según la traducción que se consulte) es un concepto amplio que comprende a todas aquellas prácticas o modelos de relaciones en las que la no monogamia se ejerce de manera responsable. O lo que es lo mismo, los participantes toman conscientemente la decisión de entablar relaciones románticas o sexuales con otras personas más allá del vínculo de pareja tradicional. La palabra clave es, obviamente, consenso. Sí, un hombre tiene dos familias ocultas la una de la otra es una persona no monógama, pero puesto que sus parejas no consintieron libremente ser parte de esta situación afectiva, no puede considerársele una relación consensuada.
El poliamor y las relaciones abiertas
Las relaciones poliamorosas y las relaciones abiertas son, por otro lado, ejemplos claros de no monogamias consensuadas. Los participantes acceden de manera libre y autónoma a un arreglo relacional no monógamo por, como dicen los abogados, mejor convenir así a sus intereses. Como en todo, no existen formas únicas de poliamor o de relaciones abiertas, sin embargo, a grandes rasgos, podemos decir que las relaciones poliamorosas enfatizan los vínculos afectivos. Una persona puede tener una o varias parejas románticas y esas personas, a su vez, pueden estar o no vinculados afectivamente entre sí. Es un tipo de relación en el que la sexualidad es importante, pero no es lo único.
Las relaciones abiertas se dan entre parejas que deciden experimentar encuentros sexuales o afectivos fuera del núcleo de la pareja. El acuerdo, básicamente, es cada quien por su lado mientras compartimos las circunstancias de nuestra propia vida matrimonial. Otra vez, no hay un modelo único.
Cuckold-Hot wife / Stag-Vixen
Aunque frecuentemente estas prácticas suelen mandarse a mismo corral que el swinging yo las definiría como no monogamias consensuadas fuera del estilo de vida sw. Lo cual, reitero, no quiere decir que una pareja que disfruta más practicar cuckolding no pueda, también, ser swinger.
La dupla cuckold-hot wife define a parejas en las que él disfruta que ella tenga aventuras sexuales con otros hombres y él no necesariamente juega con otras personas. En términos generales, el hombre mantiene la exclusividad sexual con su pareja mientras que la mujer es no monógama. El cuckolding tiene en mayor o menor medida un ingrediente de humillación y quien lo practica siente placer en los juegos de poder y control.
Al quitarle el componente de humillación, el término que se suele emplear es Stag y Vixen. En este tipo de relaciones, el hombre también siente placer en los juegos sexuales de su pareja, pero no hay degradación involucrada.
Últimamente he escuchado con más frecuencia la palabra cuckquean con relación a las mujeres que asumen el rol de cornudas, disfrutando ellas los juegos sexuales de su pareja con otras mujeres mientras que son ellas quienes se conservan monógamas. El término, sin embargo, aún es poco específico y, culturalmente, es difícil pensar que cuckold y cuckquean sean equivalentes. Pero ya veremos cómo evoluciona.
Hasta hace poco, todas estas prácticas cabían bien en el término liberal. Se hablaba de parejas liberales o ambiente liberal para referirse a toda aventura sexual que involucrara a más de dos en una cama. Pero también es confuso; es una palabra muy manoseada por la política y poco clara. Obviamente alude a la libertad para vivir la vida más allá del yugo de las convenciones sociales, pero si algo hemos aprendido en tantos años en este mundillo es que se puede ser éticamente muy promiscuo y bastante conservador al mismo tiempo. Por eso, me gusta que lo liberal (independientemente de la ideología de cada quien) esté siendo sustituido por lo éticamente no monógamo, un conjunto con el que, definitivamente, siento mucho más identificada a nuestra comunidad
Notas al margen:
Estoy consciente de que la información explicada aquí se reduce a un entorno heteronormado y de que, seguramente, estoy siendo muy reduccionista en mis explicaciones. Por lo tanto, entiéndase este artículo como una pieza en progreso y si hay algo que aportar, no teman agregar información en los comentarios.