Articulo 5
No sé si es la mano que baja por su espalda. No sé si su cadera se posó sobre mis piernas. Mi boca en sus senos. No sé, ¿un beso largo y con dientes? Una chispa. Lo que se puede definir con sencillez abrumadora es que en medio del agua hay una chispa y el átomo que rompe el átomo que rompe el átomo. El beso, la mano, la pierna como pinza, el coño que aún bajo las olas se siente empapado. Dos cuerpos descarrilados que no pueden dejar de tocarse. La marea de estímulos. Dos individuos jugando a ser furtivos frente a la mirada cómplice de sus cónyuges que juegan, a su vez, a ser furtivos.
Artículo 6
Ella se muerde los labios entre beso y beso. Estamos hablando de uno de mis puntos más débiles.
Artículo 7
–¿Cómo está tu resistencia al frío?
–No es mucha.
Pero igual, sale del agua y se sienta sobre el borde para dejarme abrevar entre sus piernas.
Me diluyo. Ella se viene. Abre los ojos y pide disculpas a la audiencia. Es gracioso.
Artículo 8
Volver al deseo centrifugado. Manos, beso, labios, lengua diente, dedos, mano. Otra vez esa mirada. Otra vez los labios que se muerden y amenazan con besarme otra vez. Otra vez la fantasía adolescente y la Chica Orgasmo que cabe perfectamente bien entre mis brazos. Otra vez un delirio mojado que desvirtúa la hipótesis de que lo erótico mora solamente en lo prohibido. Aquí todo está permitido y, sin embargo, volar es un camino minado con paroxismos.
Artículo 9
Mirada de control. Mariana también gime en manos del extraño conocido. Todo en orden. Todo en felicidad.
Artículo 10
Mi mujer convoca a una asamblea urgente entre todos los participantes (entre los cuatro). Es mejor salir del agua, buscar refugio en una de las camas porque vamos a necesitar corriente eléctrica. Acomodamos toda la producción. Hay que conectar juguetes, dejar cerca los condones, preparar toallas húmedas y lubricantes. Hay que secarse para no entrar en hipotermia. Hay que acariciarse. Besarse. Hay que tenderse sobre la espalda. Abrir las piernas. Explorarse. Hay que colocar el vibrador en la mejor posición, regularlo en la mejor velocidad. Hay que mirarse. Mirar a la persona a la que se le está produciendo un orgasmo. Mirar a la persona con la que se está casado. Hay que extender las manos. Tocar otros pechos, otras nalgas, otros genitales. Hay que llenarse de gusto. Hay que dejarse guiar, aprender sobre la física, la química, la orografía fantástica de cuerpos radioactivos. Hay que ver a mi mujer lamiendo. Hay que dejarse ver, penetrando por primera vez y sintiendo como se apilan sensaciones. Hay que follar. Hay que dejarse follar sin pudor hasta quedar los cuatro exhaustos.
Artículo 11
Hay que cenar. Un par de rebanadas de pizza a media noche, no le vienen mal a nadie.
Artículo 12
Cuando volvemos los cuatro al agua, la fiesta sigue. Pink y Black armaron una conspiración poniendo un como pretexto unos tragos de Fireball. Funciona bien. Todos se besan, todos se ríen. Todos cambian de brazos y de abrazos. Se dejan ir al fondo de una noche de esas que, justo antes de morir, podremos ver pasar frente a nuestros ojos.
Victo Ngai, “La mejor parte” |
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