..Y ya a la mañana en la habitación del hotel, que no era mazmorra sino refugio con rosas amarillas y champán (enésima botella), Endy se sentó desnuda en el retrete, libre de horquillas para el pelo, del vestido, de las cuerdas, con carita cansada y maquillaje corrido, y llamó a Dantón a su lado y cogiéndole la mano derecha con la suya, baño con su orina sus anillos mientras se besaron largamente…. quedando así sellada lo que desde el principio fue complicidad y tierna locura.
Lo bello que a veces los hombres somos capaces de crear que no lo destruya ni dios.
Gracias emocionadas, Dan….
Por Endy en Deseos obtusos de Dantón Maltés