Entre el juego y el instinto: un swinger hablando de una serie de Amazon

Swingers en televisión

• Amazon Prime y la promiscuidad consensuada
• El juego de las llaves
• Instinto
• Swingers en Televisión
• Sexo y relaciones abiertas en medios audiovisuales

Intercambio de parejas en medios convencionales

     Estamos estrenando nuestra cuenta de Amazon Prime. La sacamos porque nos daba curiosidad una sexosa serie española que nos habían recomendado y porque estaba por salir del horno El juego de las llaves, una producción mexicana que prometía poner sobre la mesa el siempre jugoso mundo de los swingers. Dedicamos pues, nuestro domingo a descansar de los desvelos sabatinos tirados en la cama viendo horas de  sugestiva televisión. Y bueno…

     Lo que tienen en común ambas series es que sus premisas narrativas se basan en mundos idealizados. Nada tienen que ver con la realidad, pero venden a la audiencia una mirada aspiracional a mundos misteriosos y seductores. Instinto trata de un genio atormentado y guapo que sublima su misantropía fornicando sin ton ni son en un soberbio club de sexo colmado de sofisticación, belleza ideal, drogas e imaginación pornográfica. Un sitio formidable en el que todo lo hermoso es posible… y anónimo. Para preservar la identidad de sus miembros, todos ellos millonarios de altos vuelos, los asistentes portan elegantes máscaras y evitan hablar entre ellos. Sólo hay sexo, mucho y muy estético sexo que, para algunos rapaces de mi generación tal vez evoque videos de Andrew Blake. 

El juego de las llaves acompaña a cuatro parejas chilangas y pequeño burguesas que, instigados por una impúdica veinteañera deciden, de buenas a primeras, intercambiar parejas sexuales para ver lo que se siente. A pesar de aludir a la cultura swinger, no hay nada en la trama que, de hecho, tenga que ver con la realidad de ésta. Todo parte del falso supuesto de que la generación Instagram, mucho más dispuesta al sexo que los millenials, es aficionada a la sexualidad abierta y a un juego que, en la realidad documentada, sólo pertenece a la mitología sw. 

El juego de las llaves y el anhelo vainilla por el swinging

     Al inicio de cada capítulo, aparece un “dato documental” sobre el intercambio de parejas. Uno de ellos reporta que en la Ciudad de México operan más de 45 clubes. Saqué las cuentas y no pude sumarlos. Me queda claro que Mariana y yo no nos movemos en todos los circuitos y que no conocemos mucho de lo que pasa en el ambiente swinger chilango, pero sinceramente no creo que haya una ciudad en el mundo que tenga tantos. No lo sé, y parece un prurito, pero me hace pensar que ni  Amazon México ni Marisa Quiroga, autora de la serie, buscaban plasmar alguna verdad sobre estilo de vida swinger.

     La trama es inverosímil, sin embargo hay que rescatar la versatilidad con la que sus personajes abordan el problema de la posesión matrimonial, de los celos, y del hambre de aventuras. Una pareja es experimentada en las lides de la promiscuidad consensuada, pero inestable (obviamente). Otra se deje llevar con facilidad; seguramente consecuencia del espíritu izquierdista del hombre que nos hace saber de su intelectualidad por medio de escenográficos libros en las paredes de su casa, y no por decir algo medianamente inteligente (al menos no durante los cinco primeros capítulos). La tercera pareja está confundida (inserte aquí un spoiler dedicado a la diversidad de los tiempos que corren) y la cuarta, la pareja más protagónica, más bien confronta su propia crisis marital. Afortunadamente para la narración, el grupo de amigos es suficientemente atractivo como para que, todos puedan indiscriminadamente fantasear con todos sin que nadie se sienta menospreciado. Excepción sea hecha del más guapo y millonario de los personajes quien, no se siente atraído por la mujer de ningún prójimo porque… (inserte el destripe mencionado anteriormente) 

Absurda comedia o farsa tibia

     Es una comedia, por lo tanto, no hay que esperar mayor profundidad en los personajes. Son graciosos, incautos y, aunque hacen sus diabluras, en realidad no tienen mala intención. Simplemente, son torpes, quizá demasiado para el género. Alguno se identificará con situaciones específicas,  especialmente porque, con independencia del contexto, la falta de pericia emocional es común a todos los casados. En ese sentido, la historia puede arrancar un par de risillas y algo de conversación antes de dormir o junto al garrafón del agua en la oficina. Tomemos en cuenta que la serie está diseñada para vainillas y probablemente causará en ellos algún impacto un poco onanista al menos.

     Lo bueno es que hablar abiertamente de relaciones no convencionales en medios convencionales facilita la conversación y modifica la cultura. Lo malo es que cuando se hace desde la superficialidad y el efectismo, usualmente genera el efecto contrario. El odio, dicen los que saben, nace del miedo y éste, de la ignorancia. Me da gusto que la narrativa comercial mexicana comience a explorar otros modelos de pareja. Me da también algo de resquemor saber que lo hacen desde ideologías complacientes que dan a la masa una probada, pero la siguen manteniendo en su ignorancia. No sea que se enojen y luego no quieran ver la serie.

A mi gusto, tibia en el erotismo, light para progesista y tímida con el sentido del humor. Efectiva, sin duda, y bien orientada a su mercado.

     Pienso que Amazon Prime deja pasar una oportunidad de ir a la vanguardia y rebasar por la izquierda a Netflix que ya habla de temas similares en You, Me, Her o Wanderlust. Pero creo que no les importará un chícharo; aumentará considerablemente su base de suscriptores pastoreados por la curiosidad. Eso, literalmente, vale oro. ¿Mencioné que acabamos de registrarnos en esta popular y exitosa plataforma para poder ver Instinto y El juego de las llaves? La verdad, está valiendo la pena.