¿Qué hacen los swingers con las emociones negativas?
¿Cómo se manejan, en el mundo swinger, los celos? Puede ser que aquello que creemos que son celos, en realidad, sea envidia. O pueden ser otras emociones negativas como inseguridad o culpa. Lo importante es definirlas, explorarlas y trabajarlas.
- Swingers y emociones negativas
- Culpa, inseguridades, celos y envidia
- Emotividad y lifestyle sw
Cuando, en una aventura swinger, el corazón no reacciona como esperábamos
En el mundo swinger, los celos y otras emociones negativas, pueden ocurrir.
No tiene nada de malo. Como somos seres complejos, algunas veces nos sorprendemos reaccionando de maneras que poco o nada tienen que ver con nuestra personalidad. En general, las experiencias swinger son gratas y nos llenan a todos de dicha y de placer. ¿Pero qué pasa cuando no ocurre así? ¿Se echó todo a perder y más valdría regresar a la senda de lo vainilla? Tranquilos, que no es para tanto.
Lo primero que habría que entender es que una mala experiencia no tiene por qué definir todas las experiencias. Un viaje en carretera en que el auto se descompone no define todos los viajes en carretera ni tendría por qué darnos motivos para pensar que seremos víctimas de subsecuentes averías cada vez que crucemos por una caseta. No funciona así.
Reconozcamos que la forma en la que fuimos criados y los mensajes indirectos que recibimos al crecer son mucho más poderosos de lo que nos gustaría. No sólo, la mayor parte de nosotros fuimos educados en una visión monolítica y culpígena de la sexualidad. También estamos muy influidos por una cultura con definiciones unívocas sobre la familia, el matrimonio y el amor. Escuchamos cualquier cantidad de frases dogmáticas del tipo: “Las mujeres son tal cosa y los hombres deben ser tal otra” o “El verdadero amor es (inserte aquí el estereotipo cinematográfico que más le convenga)”. Así que, aunque nuestra mente comprenda con claridad y acepte el discurso (ahora de moda) sobre la variedad en las formas de amar y sobre los derechos de decisión, algunos restos de nuestros prejuicios pubescentes quedan, irremediablemente, cercanos al corazón. Cuando éste se mueve, claro, los minúsculos residuos lo raspan un poco.
Swingers y emociones negativas ¿Qué puede salir mal?
¿Son celos, es envidia, o culpa, son inseguridades?
Durante o después de una sesión de sexo grupal, un montón de emociones negativas podrían aparecer. No es lo común, y en este punto quiero ser muy claro. Pero si ocurren, habría que relajarse, respirar profundo y buscar el origen del mal. Mucho cuidado, de nada vale flagelarse o asumirse anormal porque estoy sintiendo algo que no debería estar sintiendo. Recordemos que vinimos al mundo liberal a buscar, precisamente, libertad. Así que ejerzamos sin culpa la libertad de sentirnos como nos venga en gana. Ahora, como no estamos en esto para pasarla mal, habrá que ponerle remedio con un poco de calma y racionalidad.
También hemos hablado, en otras ocasiones, de malas experiencias swinger.
Las emociones negativas pueden experimentarse una por una o varias a la vez. Generalmente están mezcladas en una horrenda bola amorfa en que sólo se percibe ira. Por eso, es importante detenernos a pensar en lo que nos pasa y desmembrar el enojo en partes más manejables. ¿Qué emociones negativas nos pueden atacar?
Culpa
La culpa es esta sensación odiosa de estar fallando a nuestros ancestros, a nuestros descendientes, a Dios, a nuestra patria o, peor, a nosotros mismos y a aquello en lo que creemos firmemente. La culpa es una fuerza tan poderosa que se utiliza con frecuencia para manipular a los demás con resultados desastrosos que se extienden mucho más allá de la intención primaria del manipulador. Si la monja de la escuela nos hizo sentir alguna vez culpables por buscar el placer, años después de muerta la monja, su discurso puede seguir hostigándonos aunque hayamos dejado de creer en éste. Pero ahí está, y no se larga.
Es común que los swingers seamos objetos de cualquier cantidad de argumentaciones en contra de nuestra práctica con base en esos conceptos preconcebidos sobre lo que deben y lo que no deben ser las cosas.
¿Cómo contrarrestar la culpa?
Sentémonos a pensar un poco en lo que nos sucede. Preguntémonos si, de verdad, creemos estar haciendo algo malo. Si soy un adulto, si los otros involucrados también son adultos en pleno uso de sus facultades mentales, si todos estamos de acuerdo, si nuestras acciones no lastiman a nadie… Entonces nada hay de malo en lo que estoy haciendo y podemos seguir tranquilos con nuestra diversión. El sexo es lo que nosotros queramos hacer con él. Las relaciones de pareja, lo mismo, y ni la madre, ni el padre, ni la monja de nuestro colegio tienen derecho a dictar los compromisos y acuerdos que hacemos con nuestro cónyuge..
Celos
Por celos entendemos el temor irracional a perder lo propio. Generalmente, las personas asumen que su pareja es una propiedad privada que se puede perder o ganar. Además, los celos son una especie de compromiso social, una reafirmación de que uno no es idiota y de que nadie nos verá la cara de tal. Por supuesto, hay distintos tipos de celos y algunos llegan a ser verdaderamente peligrosos. Aquí no hablamos de ellos, porque la terapia no es lo mío; lo que quiero tratar en este texto es esa incomodidad moderada pero molesta que, cuando decidimos aventurarnos a swinguear, no pensamos que nos fuera a ocurrir: El miedo que siento cuando mi pareja muestra o otra persona afectos que yo no consideraba.
Pues tranquilos, nos pasó y ya. Tampoco es el fin del mundo.
¿Cómo lidiar con los celos?
Platiquen en pareja. Hablen de lo que ocurrió y del momento exacto en el que empezamos a sentirnos incómodos. Es posible que la próxima vez tengan que ir un poco más despacio o que tengan que redefinir sus reglas sobre lo que está permitido y lo que no. Es importante recordar que los celos, aunque normales, son irracionales. No voy a perder a mi pareja por probar el medio sw. Al contrario, si mi pareja y yo llegamos hasta aquí, de mutuo acuerdo y sin presiones de ningún tipo, probablemente tengamos una relación sólida que no está en riesgo. Ahora que, si hay algo que los haga sentir que el temor a perder su relación está fundamentado, tal vez deban alejarse del ambiente por un rato. Tomar un respiro y resolver su situación. Swinguear es un pacto de lealtad entre dos seres que se aman; en caso de que sea difícil confiar en en ese compromiso, lo mejor será trabajar primero en fortalecer la relación.
Los swingers experimentados coinciden en que el lifestyle no es sino un lente de aumento que hace más grande todo lo que existe en una pareja, lo bueno y lo malo. Así que su relación es buena y cariñosa, no hay nada que temer. En breve será mejor y más cariñosa. Pueden leer también lo que escribimos sobre celos y compersión.
Envidia
La envidia suele confundirse con los celos, pero no es lo mismo. La envidia es lo que experimentamos cuando alguien tiene algo que yo no poseo y que me gustaría poseer. En el caso de las parejas liberales suele ocurrir cuando uno de los dos se divierte mucho y el otro no. Entonces, el que no se la pasó tan bien puede frustrarse y traducir sus sentimientos en distintas formas de enojo o de tristeza. Quien lo siente, usualmente tiene dificultades para aceptar lo que le está ocurriendo, porque no es fácil reconocer que no quiero que la persona que amo más que a nadie en el mundo, tenga algo que yo no tengo. Pero tranquilos, esta emoción también es perfectamente normal y a todos nos ocurre.
¿Qué hacer si sentimos envidia?
Lo primero y más importante es admitirla. Decían los abuelos sabios que las murallas empiezan a derrumbarse cuando las miramos. Hablar con la pareja es y acordar mecanismos que eviten futuras emociones negativas es fundamental. Tal vez, la próxima vez podrían estar físicamente más cerca uno del otro. Tal vez, deciden que hay que mantener contacto visual esporádico entre ustedes mientras juegan con otras personas. Tal vez, se decidan por una clave para abortar la misión cuando alguno de los dos siente que “esto no le está funcionando”. El punto es brindar la certeza de que lo más importante es que el otro esté en un sitio seguro y feliz.
De cualquier manera, lo más importante es aprender a disfrutar el deleite del otro como si fuera el propio y a construir, a partir de ahí, la dorada complicidad. Las parejas que lo logran son las que verdaderamente sacan partido del estilo de vida swinger, a quienes este mundo les ayuda a construir una mejor relación de pareja y una vida más dichosa. Cuando Mariana y yo empezábamos, definimos con claridad que siempre jugaríamos juntos y en igualdad de condiciones. La verdad es que no fue para tanto. Muy pronto cambiamos esa dinámica Sin embargo, haberlo dejado tan claro nos dio, a ambos, suficientes certezas como para que la disparidad en la diversión, en caso de que se presentara, dejara de ser un problema.
Inseguridades
Todos estamos llenos de ellas y vienen en muchas formas. Puede ser que después de ver a nuestra pareja jugando con otra persona, nos ataquen un montón de temores como “¿Y si le gusta más con él que conmigo?”, “Y si le parece que ella es más bonita que yo.”, “Conmigo nunca había puesto una cara así”… Hay miles y tienen que ver con el miedo a ya no ser adecuados. “¿Será que nos metimos en esto porque ya no le satisfago?”.
¿Cómo lidiar con las inseguridades?
Es importante no perder de vista que las circunstancias en las que se produce una aventura swinger están llenas de sensualidad, de pasión y, sobre todo, de novedad. Es muy difícil que todos los afrodisíacos involucrados en las primeras experiencias, se repitan en la cotidianidad de la habitación matrimonial. Habrá otros, sin duda, pero esos, no. Por lo tanto, tiene lógica que nuestra pareja (y nosotros mismos) reaccionen con formas de placer que antes no habíamos visto. ¿Se acuerdan que se metieron a esto del swing porque querían novedad? Bueno, pues aquí está, ahora disfrútenla.
Para mí, darme cuenta de cómo se desenvuelve Mariana con otros amantes me brinda oportunidades muy valiosas para aprender cosas que no sabía sobre ella y trucos que enriquecen nuestra vida sexual en pareja. A ella le ocurre lo mismo. Pero más allá de esa pragmática ventaja: saber que hay compañeros de cama a los que disfrutamos muchísimo y que, de todas maneras, cada noche volvemos, por voluntad propia y llenos de amor, a los mismos brazos, alimenta una seguridad magnífica en lo que tenemos como pareja. Seguramente, más de una persona ha follado con ella mejor que yo, y sin embargo, al que ella ama es a mí. ¿Hay mejor confirmación que esa de que soy una persona adecuada? Tenemos un artículo que habla con más profundidad sobre el asunto: Con todos menos conmigo.
En resumen
A todos nos han atacado (y en algunos casos, nos siguen atacando) las emociones negativas, son parte natural de un proceso de adaptación a una cultura que no corresponde con los esquemas que aprendimos al desarrollarnos. Entender de dónde vienen y lo que nos provocan nos permitirá superarlas con mayor eficacia.
Antes de empezar a romper platos, deténganse, respiren y piensen un poco. Las emociones negativas pueden tomar formas muy feas y hostiles. Más vale hacer un adulto análisis de mí mismo y empezar a resolver las cosas con una mente más analítica. Uno, tiene derecho a sus emociones, claro, pero hay que considerar que la persona que nos ama no nos produce daño deliberadamente y que hará todo cuanto esté en sus manos para evitar nuestro mal.
Hablando se entiende la gente. Todo en este medio se construye bajo la premisa de la comunicación clara y honesta. Las parejas swinger podrán decir que el lifestyle los ayudó considerablemente a mejorar sus habilidades en este sentido. Mantengan en mente que están aquí en una aventura juntos y que sólo funcionará si se comportan como un equipo.
Quiero comunicarme directamente con el que escribió este artículo.
Estoy escribiendo una novela sobre el mundo Swinger y me gustaría contar con testimonios reales.
Qué sucede si después de iniciarse en ese mundo swinger tu pareja se acuesta a tus espalda con alguien de esas personas que compartieron?