Lo opuesto a los celos: Compersión

Foto: Nymphoninjas.net
Dice la Wikipedia que sí, y dice  la RAE que no, pero como en ésto de las relaciones humanas yo no confío mucho en las Academias, asumiremos que el término COMPERSIÓN, también existe en español. Me cae bien, adémas, porque suena como otras palabras que me gustan, comprensión, compasión, compresión… y encierra un concepto difícil de explicar para quien no lo ha sentido. Por compersión, la comunidad poliamorosa entiende como el placer que se produce cuando la persona amada recibe placer.

No me gusta hacer esto, pero para explicarlo más objetivamente, me voy a fusilar las definiciones que da la Wikipedia:
  • PolyOz define compersión como “Los sentimientos positivos recibidos cuando un amante está disfrutando otra relación. Algunas veces llamado el opuesto o la contra cara de los celos.” Ellos comentan que la compersión puede coexistir con sentimientos de celos.5
  • The Polyamory society define compersión ser “El sentimiento de recibir deleite en el deleite que otros que amas comparten entre ellos, especialmente disfrutando el saber que tus amados se expresan su amor unos a otros.”
  • The InnKeeper define compersión como ” Un sentimiento de deleite cuando un amado entrega y recibe placer de otra relación romántica o sexual. … Compersión no se refiere especificamente a deleite respecto de la actividad sexual de la propia pareja, en cambio se refiere a deleite por la relación con otra pareja romantica y/o sexual. Es analogo al deleite que sienten los padres cuando sus hijos se casan, o a la alegría sentida entre mejores amigos cuando ellos encuentran una pareja.”
  • De Opening Up, Serena Anderlini-D’Onofrio escribe que compersión es , en parte, “la habilidad de voltear los sentimientos negativos de los celos en aceptación de y deleite vicario por, el deleite de un amante.” (p. 175)
      La felicidad que produce saber feliz al otro es, en teoría algo bastante lógico. Pero no es tan sencillo, incluso para los swingers, que somos compersivos por principio ideológico. Me encanta, por ejemplo, ver como a Mariana se le iluminan los ojos cuando mira entre las piernas de alguno de sus playmates de cabecera. Esa mirada me produce mejores erecciones que casi cualquier contacto físico. Luego la veo tener sexo y eso va muy bien conmigo. Hasta ahí soy bastante postmoderno. Pero de pronto, y esto lo dice alguien que ha practicado el intercambio de parejas durante muchos años, hay algún gesto, alguna atención que tiene Mariana con él, que usualmente, no tiene conmigo. Yo lo entiendo, él es la novedad y yo soy lo cotidiano. No sólo lo comprendo perfectamente, me identifico con ello porque a mí me pasa lo mismo cuando tengo ciertos besos en la boca, que me hacen volver de golpe a la adolescencia.Y aún entendiendolo todo, en esos casos, me viene a dar con saña un celillo filoso en la parte baja del costado. Mi Diego Cool interno me dice que me relaje y que siga disfrutando el viaje. Después de todo, con qué calidad moral me encelo si tengo un trasero bellamente moldeado rodeando mi encondonada masculinidad. Casi siempre le hago caso al Diego Cool y la pasamos padre. Sin embargo, yo sé que algo me dio por debajo de la mesa, Después, cuando tengo que explicarle a un amigo vertical cómo manejamos Mariana y yo nuestra contemporánea relación de pareja, no me atrevo a confesar mi incomodidad.
      
     Sentir celos, me deja mal parado. Me revela ante mí mismo como un tipo más ordinario de lo que quisiera ser. Me quita lo cool, lo posmoderno me rebaja al nivel de la gente vainilla y eso no lo puedo soportar. Para mayor vejación, a Mariana el tema la tiene sin cuidado. Ella se lanza a jugar impúdicamente y pone su cerebro en mute. La pasa increíble. “¡Un poco de compersión, por favor!” Me pido cuando veo que corro el riesgo de dejar de divertirme. Entonces lo entiendo, al menos creo que lo entiendo. La compersión está ahí. Los celos también. ¿Y pueden dos opuestos estar juntos? Por supuesto. La  mente humana es un compuesto tan complejo que cabe todo al mismo tiempo. El truco es, entonces, reconocer los sentimientos, darles nombre, luego forma y luego cauce. Lo que he aprendido es a disfrutar de esas sensaciones encontradas. Lo que he aprendido es que el deleite de las sinfonías está en lo intrincado de sus composiciones, la ventaja del vino es que trae consigo muchos sabores. De jugar al swing,  lo que más me gusta es lo que estas emociones provocan dentro de mí.
***
Y por cierto, hay un buen artículo sobre compersión en: golfxsconprincipios.com

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About the Author: Diego V

Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana aficionada a contar sus historias y a compartir sus aventuras en el estilo de vida sw. Los autores detrás de "Jardín de Adultos", "¡Mariana no da consejos!", "Breve Manual para Swingers" y otros muchos proyectos dirigidos a dar información sobre el ambiente liberal y a fomentar una cultura de diversidad, sexo positivo, y educación responsable.

10 Comments

  1. Siempre hay algo que me hace sentir identificada, por uno u otro lado… A veces lo que yo siento, a veces lo que siente Ian…
    En este caso me identifico con Mariana, yo activo el mute :p

    Pero aún estamos muy lejos de que el sentimiento sea tan fluido.

    🙂

  2. Excelente artículo, Diego. 🙂

    Estas cosas son tan cercanas a la mayoría de la gente como la teoría de cuerdas de los físicos (que no sé qué es), ¡y sin embargo son tan reales…!

    Certificado

  3. Objetaríamos esta parte "Por compersión, la comunidad poliamorosa entiende como el placer que se produce cuando la persona amada recibe placer", ya que como lo comentan más adelante en el texto, en realidad se trata de estar alegres y de respetar la dicha, la alegría y la felicidad que tienen las personas con las que nos relacionamos al compartir su vida con otras personas que quieren, por quienes tienen un profundo afecto. Interesante que hayan abordado el tema, gracias por compartirlo!

  4. No conozco los celos de pareja, no sé si en eso me reprimo o si es una simple condición de mi naturaleza particular. Por esto tal vez no entiendo la compersión, pero lo que capto me hace bastante sentido desde la ausencia de envidia. Tomado así, parece claro definir la compersión y sentirla sin entrar en contradicción por la presencia de los celos. Ustedes dirán, ¿se puede celar algo admirado y sin envidia? Parece sí.

  5. Woow me encanto todo lo que pusiste la verdad es que es muy importante saber del tema, a mí me pasa mucho eso con mi esposo y yo por ser mujer eh sentido que no es tan correcto no sentir celos cosa que en ocasiones siento que el cree que es falta de amor, pero es realmente todo lo contrario lo amo y me hace feliz que este con alguien más!
    @swcaperucita

  6. Diego (Siempre con su Mariana), Mariana, excelente día:

    Antes que todo, les deseo tengan una excelente semana, llena de la picardía que muestran en todas sus intensas narraciones, agradeciendo como todos la oportunidad de conocerlos por sus letras.

    Me hubiese gustado responder desde twitter, pero siempre he pensado que en 140 caracteres es muy difícil poder expresarse correctamente, ahora bien, este pasaje me llegó en un momento crítico, justo después de una silente tormenta que me ha golpeado (a mí, a Hector) por un arrebato de celos, y es más con un poco de decepción que ira, con el cual me enfrento.

    Nosotros llevamos apenas poco más de un año "dentro del ambiente" si bien hemos sido proto-swinguers la mayoria de los doce años que llevamos en esta aventura llamada matrimonio, hemos de un modo u otro experimentado este equilibrio de celos/comprensión que tanto alabas, aunque en nuestro caso, es un poco a la inversa, mientras yo me entrego al placer, es mi felina la que decide poner un freno a vertiginosa caída que representa un intercambio, sin considerar que ese tipo de acciones podría no desencadenar en un final alegre.

    Así pues, quisiera poder extenderme, pero preferiría mil veces hacerlo en persona, con los dos, quizás algún día.

    Afablemente

    Hector (de Oly)

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