Y con la noche llega la excusa.
Los dos veleros navegamos el día
para venir a encallar en brazos.
Feliz naufragio entre la carne remolino.
Mariana a un tiempo que es
el canto, el mar, la noche y la tormenta
y yo nadando quiero ser el salvavidas.
Y yo que quiero asirla de mi cuello
para dejarnos arrastrar sudados
a otra orilla a otra noche
en que espera lasciva otra tormenta
que se muere por llevarnos otra vez
a la zozobra.
Diego Velázquez
Imagen: Ludovic Goubet